La calle San Pedro celebra los 100 años de su vecina más longeva: Leonor Gomis Sala
Cuántas cosas no habrán visto esos ojos, escuchado esos oídos y sentido ese corazón, que por cierto es bien grande. Leonor Gomis Sala, “carramalera de toda la vida, como lo fueron mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos y tatarabuelos”, cumplió 100 años exactamente ayer, 29 de junio, día de San Pedro.
Para su sorpresa, a media tarde salió de casa y se encontró con una fiesta que le habían organizado familiares, vecinos y amigos, con tarta casera incluida (y 100 velas que sopló y apagó a golpe de abanico), guirnaldas decorativas, aperitivo para todo el que se acercara a felicitarla, un rótulo que anunciaba el evento, y flores, muchas flores y macetas, por las que siente verdadera pasión.
Leonor es muy querida en el barrio de pescadores y, sobre todo, en la calle San Pedro, donde reside desde que nació. Ayer cumplió un siglo de vida (“lo mismo que las fiestas de la Virgen del Carmen” señaló), y allí se habló mucho de ella, de cómo le ha gustado siempre ponerse al frente de las labores de adornar las calles para fiestas, y de cómo, dada su profesión de modista, ha vestido de novia a cientos de mujeres del pueblo.
A la fiesta estaba invitada la concejala de Tercera Edad, Maricarmen Alemañ, que en nombre del Ayuntamiento le regaló una bonita maceta, un emblema de la ciudad y un detalle que le hizo especial ilusión, consistente en un escapulario confeccionado por la comisión de las fiestas del centenario.
Leonor Gomis Sala forma parte de una saga familiar muy querida en el pueblo. Su padre, Vicente Gomis Ramos, fue alcalde de El Campello durante la guerra civil, y desde entonces ella y su hermana se ganaron el sobrenombre de “las alcaldesas”, que perdura en el tiempo. Es algo coqueta, y por eso cuando vio a tanta gente haciéndole fotografías no tuvo más remedio que pintarse los labios para salir bien guapa.