Los padres y los abuelos de Rafael Altamira ya reposan en el monumento funerario construido por el Ayuntamiento de El Campello
Acto íntimo, rodeado del silencio del camposanto y con el ambiente de solemnidad que requería. A primera hora de esta mañana se ha procedido a la inhumación de los restos mortales de los padres y los abuelos de Rafael Altamira Crevea en el interior del monumento funerario que ha erigido el Ayuntamiento de El Campello para acoger, el lunes bajo la presencia del Rey Felipe VI, los cuerpos del humanista, jurista, pedagogo y literato de prestigio internacional y su mujer, Pilar Redondo, repatriados desde México, donde fallecieron hace décadas.
Esta mañana se han desplazado al Cementerio Municipal tres de los bisnietos de Rafael Altamira (Ignacio, Luz y Javier Ramos Altamira), para proceder al traslado de los cuerpos de sus antepasados del nicho que ocupaban desde hace décadas en el cementerio de El Campello al monumento. Junto a ellos han estado el alcalde, Juanjo Berenguer, y el concejal de Cementerio, Cristian Palomares, que han mantenido una discreta distancia durante el proceso de traslado.
Las personas trasladadas hoy son los padres de Rafael (José Altamira Moreno y Rafaela Crevea i Cortés), y sus abuelos (Juan Altamira Malaver -del que no se conserva fotografía- y Francisca Moreno Gaytano).
El lunes, cuando se depositen en el mismo espacio los féretros de Rafael y su esposa, la lápida se sellará para siempre, y se habrá cumplido la voluntad expresada por el ilustre personaje: “Cuando se me aparte de la vida oficial, me retiraré al rincón de mis amores más gratos: a Campello”.